Iglesia de San Martín Obispo
En el centro del pueblo está situada su iglesia, dedicada a San Martín Obispo, de buena fábrica, exterior e interiormente, renacentista, de tres naves, con bóvedas, nervaduras y claves de piedra. El ábside es poligonal con grandes contrafuertes, lo mismo que las naves, cada una con su ábside, y con el alero moldurado. Tiene añadida a la cabecera una dependencia, también de buena construcción. La portada es de arco muy rebajado, casi adintelado, bajo un más amplio arco también rebajado. Tiene, además, otra portada bajo la torre, clasicista, de medio punto, con arcos, molduras y pilastrones y friso liso, bajo un tejadillo. No se usa.
Y la torre es cuadrada y amplia con pilastrones hasta el tejado, molduras en alero, gárgolas de cañón y remate en pináculos-bolas con ocho huecos y dos campanas. Tiene además, un campanillo en una pequeña espadaña en el ábside.
La pila es gótica, poligonal, lisa, con base cónica. El retablo mayor es barroco, de Fernando Peña y Francisco A. Munar. En otro clasicista hay un hermoso Calvario Gótico completo. Y unas buenas tablas.
Tiene también un órgano neoclásico.
Retablos de la Iglesia
Un primer retablo del altar mayor, del que apenas quedan restos, se la atribuye a (Enlace con datos del escultor relacionados con Iglesias), READ PAPER, Pag22 ...... Rodrigo de la Haya (1520 - 1577), autor este que entre sus obras nos dejó el Retablo Mayor de la Catedral de Burgos. Parece ser que a su muerte dejo varias obras acabadas y no cobradas, entre ellas la de Iglesias. Para su liquidación fue necesaria la tasación de otro maestro de la época, Mateo Lancrin. Coincide en cuanto a fechas con el encargo que desde Iglesias se le hizo a Sebastián de Olivares de la Cruz Procesional, verdadera obra de arte que para nada fue superada por el resto de trabajos realizados a lo largo de su vida por este autor.
Retablos de la iglesia parroquial de San Martín Obispo.
Retablo Mayor: Este retablo fue ejecutado, hacia 1691, por Fernando de la Peña ascendiendo el precio de la obra a casi 12.000 reales de vellón. El escultor de casi todas las imágenes fue un burgalés. Francisco Antonio de Munar talló las imágenes de los Arcángeles y de un San Jerónimo. Ya, en el siglo XIX, la obra sufrió un proceso de transformación de enorme magnitud. Se trató de dotar al trabajo de una apariencia claramente neoclásica. Iconográficamente nos encontramos con las figuras de la Asunción, San Blas, San Pedro, San Pablo, los santos juanes, el Crucificado y dos arcángeles. Todas las esculturas se caracterizan por su estilo barroco característico de los años finales del siglo XVII.
Retablo del Santo Cristo: Es un sencillo retablo clasicista de comienzos del siglo XVII. Consta de un nicho central coronado con un frontón. En él se ubica la talla de un Cristo Crucificado del siglo XIV, flanqueado de dos tallas del siglo XVI de San Juan y de la Virgen.
Retablo de Nuestra Señora de la Soledad, (La Dolorosa): Nos hallamos ante un retablo de un carácter plenamente pre-churrigueresco. En 1680, se documentan los primeros pagos a Juan Galerón por la ejecución del retablo mayor de la Soledad. En 1688 , se documenta una partida de dinero entregada a unos escultores por la ejecución de las tallas del citado retablo. En 1689 se documenta un pago a Felipe Carrasco por el retablo de la Soledad y creemos que éste maestro pudo ser muy bien uno de los escultores que hicieron la talla de la cabeza y manos de la Virgen, el bello San Juan Bautista niño, los angelitos portadores de velas que flanquean a la Virgen y una escultura hoy perdida. Además de estas tallas la iconografía del retablo se completa con las imágenes de algunos apóstoles pintados en el banco y con lienzo alusivo a la Coronación de la Virgen en el remate.
Retablo de la Virgen del Rosario: Fue ejecutado hacia 1710-1720. El nicho central aparece polibulado y en él se ubica la imagen de vestir de la Virgen. Sobre el entablamento encontramos un nicho flanqueado por pilastras que se preside por una talla de la Virgen. Sobre la cornisa encontramos dos tallas dieciochescas de Santa Bárbara y Santa Lucia.
Retablo del Santo Cristo de Burgos: Nos hallamos ante un gran retablo marco que se construye a comienzos el siglo XVIII. En los márgenes lateral aparecen sendas hornacinas donde se ubican figuras de la Virgen (pequeña talla de vestir) y de San Francisco. En el banco aparece un nicho la figura de un Niño Jesús.
Retablo de San Antón: Consta de dos cuerpos, de tres calles y remate. El banco y el cuerpo inferior son una obra de hacia 1580 y allí aparecen los relieves de los Evangelistas, de San Roque, San Sebastián y la talla de bulto de San Antón. La hornacina central se preside con una talla de la Virgen de comienzos del siglo XVII y en las laterales hallamos otra vez las imágenes de San Sebastián (también el siglo XVI) y de San Bernandino de Siena fechable en el siglo XVIII. En el remate, aparece un lienzo de San José con el Niño. En su conjunto fue dorado por Fernando Guerra en 1741-1742.
Retablo de la Inmaculada: Aparece hoy presidio por una talla moderna de la Inmaculada, aunque, en origen estuvo dedicado a Nuestra Señora de la Purificación. Se ejecuto en 1777 por 4800 reales. En la hornacina central se coloca la antedicha imagen de la Virgen. En las laterales aparece otra talla de María, que probablemente fuera el titular, pues es de la época del retablo y otra representativa de San José. En el remate hallamos una figura de San Antonio. Esta obra presenta notables similitudes con algunos trabajos de Antonio de Prado Cortés.
Retablo de Ánimas: se encuentra ya casi imbuido en el pleno Neoclasicismo. Se construyó hacia 1790. En el remate hallamos una figura de San Miguel de bulto.
La Cruz Procesional de Iglesias (Archivo adjunto sobre su restauración)
Cruz realizada por el artista Sebastián de Olivares (interesante ver los datos que se reflejan en este enlace acerca de la cruz procesional de Iglesias),
(Sebastián de Olivares usó como marca un punzón muy pequeño, en el que una S y una N flanquean un arbolito u olivo. Se encuentra en la cruz de Iglesias, una de las mejores que se hayan hecho en Burgos. La cruz de Iglesias es una cruz latina de brazos abalaustrados muy anchos, especialmente el inferior. (mide 119 cm de altura, de ellos 66 cm el árbol, y 57,5 cm de anchura. El crucificado mide 18 por 19 cm y la placa de San Martín, 13,5 por 12,5 cm.) Los brazos están enteramente repujados con una fantasía admirable. Una cinta, recogida con cueros recortados, recorre el exterior de los brazos y se curva junto al cuadrón. Cueros recortados, festones, faunos y cariátides enmarcan medallones repujados. En el anverso en los óvalos más próximos al cuadrón se disponen los Evangelistas; en los círculos de los extremos se colocan escenas de la Pasión, la Coronación de espinas, Cristo con la cruz a cuestas, la Piedad y la Resurrección. En el reverso se repujan los Padres de la Iglesia y otras escenas de la Pasión: la Oración en el Monte de los Olivos, la Cena, la Traición de Judas y la Flagelación. Del cuadrón salen ráfagas a partir de cestos de flores. Sobre una vista de la ciudad celestial se sitúa el Crucificado, magníficamente modelado. En el reverso, San Martín, patrón de la localidad, compartiendo su capa con un mendigo. El pie es admirable, Tiene forma de ánfora. En el friso central seis apóstoles en nichos de arquitectura clásica, San Andrés, San Pedro, Santo Tomás, San Juan, Santiago el menor y otro sin identificar. Cariátides monstruosas enlazan el cuerpo superior con el inferior. El inferior lleva asas fundidas de gran finura. Cariátides bajo pabellones, cueros, festones, guirnaldas y otros motivos cubren toda la superficie de la maza. Están realizados todos los detalles con un magnífico dibujo y soberbia técnica. El cañón tiene forma de columna con capitel corintio; el fuste se divide en dos partes, el primero con decoración relevada y el segundo con aristas. La cruz de Iglesias, excelentemente repujada, presenta una disposición original y un recargamiento decorativo que no impide que el efecto del conjunto resulte maravillosamente acertado y sorprendente. Se inspira en las cruces de brazos abalaustrados de los años treinta, pero la fantasía con la que se reinterpreta el modelo lo hace irreconocible. Máscaras de rostros demoniacos, máscaras con velos, centauros, ángeles tenantes, figuras femeninas bajo pabellón, festones, guirnaldas, aletas o contra-curvas en ese, Hermes contraviniendo todo principio de sujeción.....forman el repertorio decorativo más rico que se haya usado en Burgos. La manzana nos parece originalísima, esbelta y de forma ajarronada. Sin duda, junto con alguna otra Cruz como la de Los Balbases, es obra cimera de la platería burgalesa en la segunda mitad del siglo XVI. Por si fuera poco, los brazos de la cruz están enteramente repujados a martillo. Se interrumpe momentáneamente el abuso del sobrepuesto, tan característico de la platería burgalesa. En lo iconográfico es igualmente original. El Crucificado es estilizado y elegante. Junto a los Evangelistas y a los Doctores de la Iglesia se incorporan imágenes de la Pasión, inspirados en Durero. La pequeña Pasión y las planchas con el mismo tema que Durero grabó en el año 1512; los modelos de Durero se reconocen mejor en la Flagelación, la Oración en el Huerto, y la Resurrección. Nos preguntamos si la obra con la que se dio a conocer fue con la cruz de Iglesias. No tenemos noticias documentales sobre ella y sería muy interesante saber como se pagó la hechura. es una prueba contundente de lo que podían haber hecho los plateros en un medio diferente, que hubiera valorado la labor artística en su justa medida y que no presionara hacia abajo en el coste de las hechuras, dando la impresión a veces de que se tiene la plata como una inversión económica en la que no es la apariencia formal el interés fundamental perseguido. Si se compara la cruz de Iglesias con el resto de su obra, se observa que el artista retrocedió, se sometió al gusto del cliente y a la técnica y práctica imperantes. Importante platero burgalés del siglo XVI, entre los años 1565 y 1580 y posteriormente restaurada y vuelta a su pasado esplendor por Maese Saturnino Calvo en el año 1950.