Se halla en lo más alto de un cerro situado al nordeste de la población, desde el que se divisa una amplia panorámica que abarca desde la Montaña Palentina hasta la Sierra de la Demanda. En la actualidad el culto se reduce al día de San Isidro, cuando las gentes del pueblo suben con el santo en procesión hasta la ermita para celebrar allí la misa.
La ermita tiene una sola nave de construcción posterior claramente al ábside cuadrangular románico, todo el realizado en una sillería de piedra caliza porosa, muy abundante por la zona y de regular factura. Jalonan los muros de la cabecera cuatro contrafuertes de mediana altura, dos hacia la mitad del muro y otros dos marcando la separación de la nave. Del testero solo cabe destacar la cornisa decorada en algunas piezas con una sucesión de rombos de tosca ejecución. La misma cornisa se prolonga por el muro septentrional de la cabecera, en este caso sin canecillos y alternando la decoración geométrica con tacos, bolas, círculos, etc. En el lado sur se abre una ventana formada por un arco de medio punto decorado con molduras de bocel. La cornisa de este muro presenta unas extrañas formas semicirculares de aspecto más bien tosco. Los canecillos que la soportan se decoran con rollos, círculos, una especie de grueso racimo con seis bolas dispuestas simétricamente, una sencilla cruz latina, cabezas de animales de complicada identificación y dos personajes cargando con sendos barriles a sus espaldas.
En el interior, la nave moderna se cubre con techumbre de cielo raso, mientras que la cabecera románica lo hace con una bóveda de cañón que arranca de una imposta corrida adornada con bolas en el lado del evangelio y tacos con líneas zigzagueantes en el de la epístola. En el testero se dispone un arcosolio que alberga las tallas góticas del Cristo de los Buenos Temporales y de Santa Centola. Separando ambos espacios hay un arco triunfal de medio punto doblado que descansa sobre una pareja de columnas adosadas coronadas por capiteles de sencilla traza que se decoran con piñas y rombos incisos.
Por los restos conservados parece tratarse de una construcción muy popular que bien pudo levantarse en las postrimerías del siglo XII.